Chile avanza con la regulación Ley Fintech: ¿Un impulso o un obstáculo para la innovación financiera?
- Tysec
- 1 abr 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 abr 2024
En los últimos años, Chile ha emergido como un actor destacado en el panorama fintech latinoamericano, con un crecimiento notorio en la creación de startups y el levantamiento de capital de riesgo. Sin embargo, el camino hacia la consolidación de esta industria no está exento de desafíos. La reciente implementación de la Ley Fintech, también conocida como Ley N° 21.521, presenta una oportunidad crucial para establecer un marco regulatorio claro y seguro, pero también plantea interrogantes sobre su impacto en la innovación y la operatividad de las empresas del sector.

La Ley Fintech aborda diversas áreas críticas, desde la titularidad y tratamiento de datos de consumidores hasta la regulación de los actores y activos en el sector. Su propósito es proporcionar un control efectivo en aspectos clave como asimetrías de información, gestión de riesgos, cumplimiento de obligaciones y protección del cliente. Sin embargo, la complejidad de la implementación de más de 70 normativas en un plazo de 18 meses subraya los desafíos inherentes a esta transición.
Uno de los aspectos más debatidos de esta ley es el establecimiento de un patrimonio mínimo exigido de UF 5.000 para las empresas fintech. Si bien esto puede garantizar la viabilidad operativa y financiera a largo plazo, también puede suponer un obstáculo inicial para aquellas startups que carecen de recursos iniciales significativos. Es crucial diseñar una hoja de ruta que permita una integración gradual y flexible de estas normativas, minimizando el impacto negativo en la innovación y el crecimiento del sector.
La dualidad de ventajas y desventajas que presenta la Ley Fintech refleja el delicado equilibrio entre la necesidad de regulación y la promoción de la innovación. Si bien representa un avance significativo hacia la legitimación y estabilización del sector fintech en Chile, su implementación requiere un enfoque cuidadoso y colaborativo entre reguladores, empresas y otros actores del ecosistema financiero. En última instancia, el éxito de esta legislación dependerá de su capacidad para fomentar un entorno regulatorio que promueva la competencia, la transparencia y la confianza del consumidor, sin restringir en exceso la innovación y el crecimiento del sector fintech en el país.
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